RPG, gesto económico y ergonómico

¿Cómo debemos sentarnos? ¿De qué modo tenemos que levantar un objeto pesado? ¿Es útil la ergonomía? En este artículo, Philippe Souchard, creador del método RPG, explica que sólo atacando el fondo de un problema mediante el tratamiento permite devolver la postura y el gesto indoloro y económico.

En numerosas oportunidades me preguntan ¿cómo nos debemos sentar, acostar, levantar los pesos? y ¿cuál es mi opinión sobre la ergonomía (adaptación de un puesto de trabajo a las características del trabajador)?

Estos problemas preocupan suficientemente a las personas para recordar hoy cuales son las respuestas de la RPG.

Ningún gesto puede efectuarse de forma perfecta y económica si existe un dolor o una rigidez muscular. La función de los mecanismos de defensa, que son automáticos, es la de evitar toda forma de conflicto en la función corporal. Organizamos entonces nuestra postura y nuestros gestos para evitar toda tensión desagradable y, con mayor razón, intentamos suprimir cualquier dolor.

Una prueba que nuestro cuerpo se adapta para no sentir displacer es el hecho que habitualmente no sentimos la rigidez de nuestros músculos en una situación cotidiana, mientras que estas tensiones aparecen inmediatamente durante el tratamiento en las posturas de RPG.

Si para modificar un síntoma, solo pensamos en modificar la forma de realizar un movimiento, como por ejemplo la forma de levantar un peso, o bien la forma de mantener una posición, por ejemplo, en el trabajo, sin atacar el fondo del problema, comprobaremos rápidamente que esto no es suficiente y que el problema persiste o vuelve a instalarse rápidamente.

El dolor o incomodidad condiciona la forma en que mantenemos la postura o nos movemos. Ninguna persona con dorsalgia va a conservar durante la noche la posición en decúbito dorsal que se le ha recomendado y menos si en ella el cuerpo presenta dolor.

Es frecuente que los profesionales sugieran a un paciente con lumbalgia crónica, que no se inclinen hacia delante para levantar un peso, sino que flexione sus rodillas y que se levante usando sus piernas con el objeto lo más cerca del tronco. O bien a una persona que trabaja sentada que lo haga manteniendo el tronco recto y un ángulo de 90º entre el muslo y la pierna y la pierna y el pie. Con esto se pretende reducir el impacto de los esfuerzos en el cuerpo, y son válidos, pero insuficientes cuando las personas presentan ya restricciones corporales.

En lo que concierne a la ergonomía nuestra posición es evidentemente más compleja.

Es evidente que hay sillas que permiten evitar la hipercifosis lumbar. Las sillas ergonómicas de apoyo de rodillas, los pupitres inclinados para los estudiantes, los adaptadores de sillas para coches que tienen un contorno lumbar para mantener la lordosis, son indiscutiblemente útiles.

Pero ¿qué trabajador va a seguir durante todo el día este esfuerzo de levantar peso con sus piernas de un modo consciente? ¿Quién que trabaje sentado va a mantener permanentemente su espalda derecha en posición sentada si no es capaz de hacerlo de forma automática?

Entonces, cómo profesionales especialistas en el movimiento los kinesiólogos debemos y podemos hacerlo mejor. Evaluando las restricciones de movilidad e identificando sus responsables a nivel de los sistemas integrados de coordinación neuromuscular (SICONEM), podremos actuar profundamente en el problema que impide mantener una posición o ejecutar un movimiento de un modo eficiente.

Toda persona que no puede sentarse sin hipercifosar su región lumbar, está rígido de sus músculos pelvitrocantéreos. Alargarlos en su globalidad en una postura de cierre de ángulo coxo-femoral le permitirá sentarse sin inconvenientes en cualquier tipo de silla, incluso si ésta tiene un diseño poco funcional.

Instalado un proceso de retracción muscular, sólo el hecho de atacar el fondo del problema mediante la flexibilización de la rigidez de los tejidos va a permitir lograr una postura económica y el movimiento más eficiente eficaz y efectivo y esto sin tener que estar conscientes de cómo hacerlo.