Las compensaciones en el sistema neuro-músculo-esquelético. Su necesidad – su complejidad
En este artículo el Prof Lic. Mario Korell se expresa sobre el rol de las compensaciones y su participación en los mecanismos automáticos de adaptación y establece la relación entre los mecanismos automáticos de adaptación y el concepto de "reequilibración" como aspecto constitutivo del esquema de evaluación en RPG necesario para una adecuada comprensión del problema a tratar.
El sistema neuro-músculo-esquelético o sistema locomotor, encargado de la planificación, ejecución y control de los movimientos del cuerpo, logra en su óptimo desempeño que los movimientos se realicen con efectividad y eficiencia. Cuando por alguna causa aparece un déficit dentro del sistema, este recurre necesariamente a la organización de compensaciones, las cuales buscan la efectividad del movimiento en detrimento de la eficiencia.
Podemos citar algunos ejemplos:
-Durante la locomoción con una disminución de la estabilidad, el sistema reaccionará aumentando la velocidad de la misma de modo que el pie que se despega del piso para avanzarlo permanezca el menor tiempo posible en el aire, o bien se avanzará dicho pie más cerca del piso para tomar contacto lo más rápidamente posible con él.
-Ante la pérdida de extensión en la articulación de la cadera, la locomoción se realizará con un paso más corto, o bien el sistema tendrá que recurrir a un aumento de la lordosis lumbar o un giro horizontal de la pelvis para compensar dicha pérdida de extensión e intentar mantener la longitud del paso.
-Ante el movimiento de llevar las manos por encima de la cabeza, como en el gesto de encestar una pelota de básquet, si la movilidad está disminuida, por ejemplo, en la articulación glenohumeral, el sistema necesitará compensar con mayor deslizamiento escapulotorácico, o con una extensión mayor a nivel de la columna dorsal o lumbar.
Como se puede comprobar a partir de estos ejemplos, las compensaciones pueden jugar un papel esencial en permitirle al sistema que siga cumpliendo con las funciones requeridas. Se podría generalizar diciendo que, tanto en el SNME, como en otros sistemas fisiológicos, las compensaciones son imprescindibles cuando se ha perdido funcionalidad en el conjunto.
Las compensaciones, entendidas de este modo, son la base de lo que en RPG se denomina Mecanismo Automático de Adaptación (MAA). Dichos mecanismos están organizados psiconeurobiomecánicamente de un modo inconsciente, y su papel es tratar de mantener la función general del sistema locomotor. Cuanto más importante es una función que está en juego para el conjunto del sistema, más intervención habrá de este mecanismo en caso de ser necesario.
La insuficiencia de un sistema imprescindible
Los MAA en el mejor de los casos logran “diluir” el conflicto, pero no logran hacerlo desaparecer, debido a que las razones del mismo aún están presentes. Es mediante esa dilución que tratan de asegurar la función, disminuir la factibilidad de síntomas y tratar de asegurar el mínimo esfuerzo, tres aspectos que fueron considerados por Souchard como las reglas de funcionamiento de los “Mecanismos Automáticos de Adaptación y Defensa”[i].
Pero si bien las compensaciones son necesarias, también tienen costos. El primer costo a pagar en la implementación de las compensaciones es la pérdida de eficiencia, por lo cual el movimiento si bien sigue siendo posible y cumple con el propósito deseado, consume más energía o exige mecánicamente más de lo deseable a las estructuras vinculadas, lo cual es un factor predisponente a fatiga, lesiones o incluso síntomas. El segundo costo en la implementación de compensaciones, es trasladar el problema a otra zona del cuerpo cercana o alejada de la que originó el conflicto, pudiendo entonces surgir un nuevo síntoma consecuencia de las compensaciones.
La necesidad de interpretar antes de actuar terapéuticamente
Esto llevado a la interpretación de un cuadro clínico permite en primer lugar comprender la necesidad de una evaluación global del sistema, intentando identificar la zona de conflicto, pero también tratar de establecer si esa zona presenta un conflicto funcional primario o por el contrario, el conflicto funcional es secundario, producto de una insuficiencia de otra zona relacionada funcionalmente con ella y a la organización de MAA.
Respetando esta necesidad en el proceso de evaluación en RPG se lleva a cabo la “Reequilibración”, mediante la cual se busca poner en evidencia no solo la responsabilidad de la zona donde está el conflicto sino también cuanta globalidad hay en él. En las palabras de Philippe Souchard, “reequilibrar es interrogar a la globalidad”[ii], con el propósito de definir; si el conflicto es primario o secundario, cuanta globalidad está involucrada y si el problema se relaciona con la disfunción articular o es producto de la alteración de los sistemas integrados de coordinación neuromuscular o ambas cosas.
Si tomamos el caso de la pérdida de extensión a nivel de la cadera, la cual provoca la necesidad de aumentar la extensión lumbar durante la marcha para asegurar la longitud del paso, podemos considerar que este mecanismo de adaptación, necesario para mantener la funcionalidad de la marcha es en también un factor de riesgo para disfunciones lumbares. Ya sea por efecto acumulativo a lo largo del tiempo o bien ante mayores exigencias, la sobrecarga lumbar puede generar síntomas o bien degeneración de los elementos que la constituyen.
Instalado el síntoma a nivel lumbar, el motivo de consulta será un dolor en la región en dicha región, que incluso podrá justificarse al evaluar la zona por la presencia de degeneración articular local, tensión excesiva de los músculos de la región, etc., pero si no se evalúa globalmente el problema, la insuficiencia de la movilidad de la cadera pasará inadvertida y si no se enfoca el trabajo en recuperar en la medida de lo posible la extensión de la cadera, el mecanismo de compensación no se va a modificar y el abordaje podría ser insuficiente.
Cuatro aspectos a resaltar
Las compensaciones son necesarias para el funcionamiento global del sistema.
En su accionar pueden causar otros desajustes del sistema.
Es necesaria la “reequilibración” como esquema de evaluación para la detección de las mismas.
En un abordaje global es imprescindible enfocarse en la disfunción y en los MAA.
[i]Souchard, P. (1981). El campo cerrado. Cap. 3 Mecanismos de Defensa. Ed. ITG
[ii]Souchard, P. (1998) Notas de la Formación de Base. Bs As. Arg.